-Van meses…
- Años.- corrige la
voz en mi cabeza leyendo lo que escribo pro sobre mi hombro, esa voz seca,
pastosa, como la de un anciano que se cansó de decirnos que las cosas que hacemos
están mal.
Carraspeo, harto de esa voz, niego con la cabeza y continuo
escribiendo.
Van meses… con el diagnostico dado, años viviendo de esta
manera (viejo loco, déjame escribir),
hoy que buscaba como sacar lo que tengo decidí, por una circunstancia divertida
de la vida, comenzar a escribir de nuevo, desempolve mi viejo block de notas y leí
lo último que escribí, vaya hace 8 años estaba igual que hoy, en un sin sentido
que no sé cómo explicar, es como si mi vida fuera un sube y baja de metas,
emociones e ilusiones.
La carcajada suena en
mi cabeza, esa puta voz riéndose de nuevo – como la de todos, no eres nada
especial.-
La diferencia es que hace 8 años quería saber si mis bajas
expectativas eran ciertas, que no había mucho que hacer más allá, se cumplieron
metas, sueños y retos, trabaje en multinacionales en puestos de gerencia, salve
vidas poniendo en riesgo la mía, entre nuevos reclutas para servir y salvar
vidas, luche a lado de personas peligrosas y adapte mi cuerpo a responder a
cualquier situación… bueno, casi cualquiera, mi mente como aquel viejo y
trillado adagio, es mi peor enemigo, al quitarle el sentido a todo lo que hago,
ya con un negocio propio y próspero, ya con una familia formada, una maestría
hecha, sin que me falte nada, parece que todo esto carece de sentido…
-Ya vas a quejarte
pequeñajo, sabes la solución, abre el cajón, toma el arma y vuélate la tapa de
los sesos, o se me olvido, no eres tan valiente, quieres un accidente, manejar
a exceso de velocidad y estrellarte en un poste, pero no tienes la certeza que morirás
y temes quedar inválido.- el tono sarcástico de la voz me hace voltear al cajón,
lo pienso un par de segundos y vuelvo al teclado sin más, al final, tiene
razón.
Así después de meses de terapia, tratando de encontrar que
es lo que pasa conmigo, pasamos a descubrir, que el trastorno de ansiedad existe,
me parezco al puto perrito chems que todo le da ansiedad, lo tratamos y lo pasamos
y llegamos a partes más oscuras, al sin sentido que todo me provoca, los
pensamientos suicidas vuelven a aparecer, y realmente no me he quitado la vida
solo por miedo, incluso volví a creer en dios, solo porque como diría Pascal,
si no crees en dios y este existe, tienes todo lo de perder, si crees en dios y este no existe, no
pierdes nada, imagino que es un paso, hacia donde, no lo sé.