martes, 24 de febrero de 2009

un poco de cine

Apuesto que mas de uno ha pensado que pasaría si su vida fuera una película, que fuera el matón mas respetado y temido o aquella linda chica popular desea por todos, la pantalla siempre nos presenta una realidad alterna tan hermosa y deseable a nuestros ojos que preferimos pasar dos horas viendo una buena película en lugar de intentar crear la nuestra, si, las películas son emotivas, hermosas, pero es que acaso la propia vida no es mejor? Si lo se, en la película reflejan cosas que no podemos hacer, o en este caso que creemos no podemos hacer, hay películas emotivas, de esas que te mueven el corazón, hay de acción, con tiroteos, las románticas, las cómicas, si hay clasificaciones de películas que se toman de la vida, son solo adjetivos, nos apetece ver como alguien ayuda a mejorar una vida en una pantalla en lugar de dejar que alguien nos ayude o ayudar a alguien, es mas fácil, mas sencillo, no requiere esfuerzo, solo ir por las palomitas y picar un botón, esa tecnología…


Si me encanta el cine, y no quiero hablar de el, quiero hablar de las personas que salen en ellas, no, no de los actores, ellos solo son el medio, las imágenes del Cuentacuentos, las películas, los libros, los cuentos, novelas, mitos y leyendas, todos son iguales, nos enfrascamos en ellos, deseando que nuestra vida fuera como lo dicen los escritores, cineastas, ancianos, se nos olvida que la vida esta mas allá, es mas interminable, bella e interesante.


Si también se que muchos están hastiados de la vida, que solo se despiertan, se tallan los ojitos y comienzan la rutina de nuevo, que no creen que pasara nada interesante en todo el día, cuan equivocados están, si solo salieran un poco de la rutina, cediendo el asiento en el autobús, ayudando a la anciana con las compras, seguro cambiarían un poco la rutina, comenzarían a ver la vida como ven la pantalla, son los pequeños actos los que cambian al mundo, una sola sonrisa, un abrazo, una palabra, incluso, una mirada.


Otros por otra parte, se levantan, y antes que nada, piensan en como cambiar al mundo, esos, son lo que se ganan el honor de que su vida sea vista por todos, pero en esas películas solo pasan un ano, dos de la vida de aquel hombre, exagerando, así de fácil es cambiar el mundo, solo dos anos, uno, un mes, una semana, y siempre con lo mismo, una sonrisa, un abrazo, una palabra y una mirada, no se cual será el final de todo esto, ni siquiera se por que empecé como empecé, solo se, que las historias que nos cuentan, por esas que compramos libros, películas, no se comparan con las aventuras que perdemos en el tiempo que lleva leer la novela o ver la película, la vida sencillamente es interminable, infinita y bella.

lunes, 23 de febrero de 2009

Patibulo IX

Es curioso como nosotros, los que nacimos, crecemos nos reproducimos y morimos, no nos conformamos con eso, no nos satisface el simple hecho de existir, tenemos que cambiar el mundo, dominarlo, pero en todo ese afán de poder, en esa búsqueda de dominar l oque nos rodea, hacemos caminos, creamos veredas, nos encerramos en ese camino que esta preestablecido por alguien mas, se nos hace creer que el camino a la felicidad esta hecho, creado, y tiene unas pequeñas líneas blancas en ese interminable camino negro, nos olvidamos que el mejor camino es saber a donde llegar sin importar que es lo que pisamos, pero somos humanos, hay un camino que recorrer para llegar a ser un gerente, hay un camino para ir de la casa a la tienda, existen las calles, veredas, aceras, carreras universitarias, laborales, incluso existen manuales para tontos que nos dicen como llamar a la vida, estamos tan perdidos entre tantos caminos, siempre estamos parados en una encrucijada de mil caminos que no nos llevaran a ningún lado, preocupándonos por que camino tomar, iremos por, tierra, aire o mar? No sabemos, lo ignoramos, pero estamos quietos, por mas que hagamos, que corramos, nos quedamos quietos, siempre con el mismo problema…


Tan fácil que seria llegar al mar, quitarnos los zapatos, arremangar los pantalones y dejar que las olas nos laman los pies, mirando al horizonte, ahí donde le mar se une con el cielo, donde se nota el infinito, donde se curvatura de la tierra , donde le cielo es el futuro, el mar el pasado y esa pequen alinea que los separa, esa línea débil, quebradiza, suave y hermosa, esa pequeña línea es el presente, nos podríamos meter al agua y disfrutarla, flotar sobre ella y sentir como el mundo se corva a nuestras espaldas y el cielo nos sonríe, así, es la vida.


Cada uno es lo que es, lo representa como quiere, solo tenemos un bastión cuando todo cae a nuestro alrededor y ese ultimo bastión somos nosotros mismos, donde no hay nada mas que lo que pensamos, el problema es que muchos de nosotros tardamos mas de un invierno en conocernos y aun así cada invierno será diferente, cambiamos una luna tras otra, problema para aquellos que nunca logran llegar al final de la línea, otros, en busca de identidad, sonreímos, nos divertimos, logrando ser nosotros mismos mas entre risas que entre lagrimas.


sábado, 14 de febrero de 2009

letras

Que es esto sino solo una carrera contra las ideas, si, las ideas contra las ideas, se aglutina, se amontonan, una tras otra, peleando por ser la primera que escupan mis dedos, eso es algo que en verdad no entiendo, parecieran pequeños camicaces japoneses, dispuestos a morir en el primer intento de suicidio, eso es lo que parecen mis ideas, desesperadas por ser escupidas por mis dedos y machacadas por las teclas, mejor de todo, cosas sin sentido, aburridas y que francamente, decaen.

martes, 10 de febrero de 2009

Patíbulo VIII

Es divertido como me gusta intentar siempre plasmar torcidas letras, siempre sin éxito alguno, describir la desgracia humana, la soledad, la desesperación, siempre sin éxito.


Para mi es fácil escribir “El callejón oscuro da cobijo a mi cuerpo entre sus sombras, los muros cubiertos de moho, los contenedores de basura sonriendo con su fétido aliento a la noche, las ratas correr entre mis pies, los pasos de mis botas sobre los charcos de agua seguramente estancada y fétida, ahí, dentro de ese callejón, busco una esquina, aquel sitio tan recóndito y sucio como mi departamento, tan desolado y triste como yo mismo, tan callado como mi alma, ahí, la soledad no me encontrara.” Eso es fácil de escribir, de plasmarlo en cual quier tipo de papel, no lleva la gran técnica, ni el gran pensamiento, pero claro, cuando yo lo escribo no tiene el mismo sentido que cuando otros lo hacen, siempre me a gustado leer cosas parecidas, pero es curioso como no las puedo representar tan fielmente, les falta la esencia de esa alma desdichada, cada letra es hueca en si misma, solo una grafía sin sentimientos cuando escribo cosas similares, incluso a veces no estoy seguro de poder escribir algo, claro que puedo poner ideas en un papel, eso es sencillo, pero solo tienen sentido las patéticas historias románticas, las novelas, al parecer eso de escribir en un trozo de servilleta algo a mi no se me da, a veces incluso creo que me mienten cuando dicen eso es genial.” Porque simplemente eso no es posible, claro, aquí apelo a mi bajo autoestima, pero independientemente de ello, supongo que me dedicara a criticarme a mi mismo (que en eso tengo una maestría inigualable) o a continuar con aquellas historias que necesitan mas de una triste hoja para poder vivir.

lunes, 9 de febrero de 2009

Histoaria de amor (6)

Los días pasaron, Sophia ya no había nada de Javier, la inquietud inicial seguida por las preguntas “le agrade” “porque no me busca” y demás cuestiones que le intrigan, se fueron borrando con el paso de un mes, ya casi no preguntaba por el, aunque aun seguía atenta a todas aquellas ambulancias que llegan al hospital, ya no esperaba que el viniera por ella.


En el tercer piso, donde esta cuidados intensivos una mujer en coma escucha a Sophia, como todas las tardes, se toma cinco minutos para hablar con aquella mujer, su inmóvil mano es atrapada por las dos pequeñas y calidas manos de la enfermera.

-Sabes, creí que vendría por mi, que no se olvidaría, que me daría otra… cita –Esa ultima palabra sonó con algo de nostalgia.- Pero al parecer no le agrade, charlamos, ya a pasado un poco mas de un mes y no e sabido de el, supongo que fui demasiado curiosa. – Un suspiro y una mirada al rostro de la mujer que escucha pétrea en su sitio, como si entendiera y respondiera, Sophia continuo.- No lo se, pero lo quería ver de nuevo, la ventaja que es viernes, descanso mañana. – El pequeño monologo fue interrumpido por Cat, que abriendo la puerta de la habitación, miro a Sophia, con una sonrisa picara, en los labios, la chica le miro encogiendo las cejas, preguntándose que tramaba, no dijo nada, espero a que su superiora le dijera de que se trata.

- Este… Sophia… te llaman.-

-No molestes Cat, estoy ocupada.- La risita traviesa y cómplice de la aludida, saco a Sophia de la negatividad.

- Cat… quien es… dios… nos vemos después cariño.- Dice aquello al ponerse en pie y besar la frente de la mujer que siempre se alegra de escucharle, saliendo directo a la central de enfermeras, que desierta, frunció el ceno. – Creí que me esperaban.- Dice poniendo las manos sobre las caderas, fulminando con la mirada a Cat.

-Dije que esta acá arriba?-


La chica no se lo pensó dos veces, casi sume el botón del ascensor de tanto que lo pincho, esperando a que por fin se abriera la puerta, cuando lo hizo se metió rápidamente en el pulsando el botón de la planta baja, la puerta se abrió de nuevo, escupiendo a la mujer que fue rápidamente a la sala de urgencias, que también encontró vacía, pero vacía en todos los sentidos, cosa que le llamo de mas la atención, todo estaba inusualmente callado, así, caminando por el lugar, mirando cada rincón tratando de saber de que se trata, así, lentamente salio por la puerta que da entrada a las camillas, encontrando una ambulancia estacionada en el sitio, pero ningún alma, así, caminando a la puerta trasera del vehiculo, miro el numero de unidad, sonriendo de medio lado, conocía aquel numero, segundos antes se quejaba del olvido, por un momento se pregunto que hacia esa unidad ahí, por que todo estaba tan vacío, así, cuando abrió la puerta del vehiculo, le sorprendió ver a Javier con un ramo de flores, rosas y tulipanes, divertido en su mirada, por la sorpresa reflejada en los ojos de Sophia, el resto de los compañeros, estaban tras ella, saliendo, con una pequeña tarta de cumpleaños, cantando la clásica canción, Sophia se llevo las manos a la boca, tapando el rostro de sorpresa, no recordaba que día era y claro, se habían reunido para celebrarle a ella, unas pequeñas lagrimitas de emoción rodaron por sus mejillas, con razón todos estaban tan callados, era su cumpleaños y ella misma lo había olvidado.

-Gra…grac… gracias..- Dice aun entre balbuceos, mirando sus compañeros.


El hombre tras ella, pareciera tener los ojos sonrientes, mirando a la pequeña dama que aun mantenía sus labios cubiertos por los finos dedos, mirándole la espalda, deja las flores sobre la camilla, saliendo de la unidad para encender un cigarrillo, no le importo ser ignorado desde entonces, simplemente se contentaba con ver la felicidad en los demás, siendo la suya, solo un efímero respiro de toxinas que exhala en cada bocanada.