martes, 13 de enero de 2009

Historia de amor (4)

La hora llego, Sophia casi se tropieza por la expectativa de salir y encontrarse con aquella curiosidad que tanto le atrae, para ella no es normal tanta seriedad, tanta frialdad en alguien, esta casi convencida que hay un niño tras, tras… (Ha preguntado tantas cosas y aun no sabe su nombre!) Se río ante su falta de atención, cuando Cat le dio la tarjeta para checar la salida, apenas y se despidió de ella.

-Hasta mañana Cat.-

-Llevas prisa picara.-

-Me esperan afuera.-

Dice levantando la mando y apenas girando el cuerpo, no se detuvo a despedirse, sus manos ya tocan la manija de la puerta saliendo al empujarla, mirando a los alrededores buscando la ambulancia, en ves de eso, encontró una motocicleta justo frente a la puerta, con un hombre fumando un cigarrillo, aunque no lo reconoció al principio, sin uniforme ni nada, y dándole la espalda, su rostro casi junta las cejas, no le agradan esas cosas, aunque aun alberga la esperanza de que no sea el, se acerca dudosa al vehiculo aparcado, cuando el hombre lanzo la colilla al trafico y se giro, abrió los ojos mas de lo normal, si era el, y no parecía el paramédico dedicado, chamarra de cuero negra, sus ropas del mismo tono, jeans y playera, las gafas son lo único que no son de ese color, teniendo los cristales amarillos, también un par de aros en la oreja izquierda, y otro mas en labio, bajo esa argolla en el labio también hay una saliente púa, todo en negro metal, aquello si que le sorprendió, para nada parecía un responsable de la salud, solo le falta el cabello largo para pasar por un rockero que toca en los bares el fin de semana, el le miro divertido, aquella cara de sorpresa es digna de un cuadro de picazo, le miro a los ojos, levantando las gafas para que no haya gafas molestando el contacto visual.

-Vamos, no muerdo.- Dice con cierto tono burlón, cruzando la motocicleta, ella pasa de el, mirándole de reojo y con cierto aire de superioridad.

- Tú no me asustas, me asusta esa cosa.-

-Vamos solo es un corcel metálico.-

-Sabes cuantas muertes causan esas cosas?- El la miro entrecerrando los ojos, con una mueca de seriedad.-Vale, si lo sabes.- Dice sonrojándose un poco.


El joven subió a la motocicleta, haciéndola sonar al encenderla, siendo casi un sonido ensordecedor, ella se estremeció mas de la cuenta al pensar en subirse en aquello que ella considera un ataúd con ruedas, pero termino subiéndose, cuando lo hizo, el le paso el casco, con una orden seca para que se lo pusiera, Sophie enfuruño el rostro, pero obedeció, apretando la correa que va debajo de la barbilla mas de lo necesario, al no tener donde sujetarse, se aferro a el con fuerza, abrazándole y pegando su cuerpo al de el, apenas sonrío cuando sintió el contacto de la chica, aun no arrancaba el vehiculo y ella parecía estar aterrada, así que se prometió que se aterraría mas arrancando de golpe el vehiculo, tomando el limite de velocidad en pocos segundos y sobrepasándolo en poco tiempo, el pesado motor de 1000 c.c. ruge cada ves que Blood mueve la muñeca, con el único fin de ceñir el aterrado cuerpo de la mujer aferrarse mas a el, aunque también ese ritmo, les lleva en poco tiempo a su destino.

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