domingo, 11 de enero de 2009

Historia de amor (3)

En la central de ambulancias también se hablaba de aquella insistente enfermera, es un pueblo chico, chisme grande, pero el tal Blood no ponía atención a lo que decían, o no en apariencia, el no preguntaba se limitaba a escuchar lo que los demás dicen sobre la insistencia de aquella chica al preguntar a todos los que llegan a urgencias, le parece divertida todo el revuelo que arma aquella mujer por conocer mas de el, aunque no cree que nadie le pueda dar algo en concreto que pueda ser veras en lo que a el respecta, solo pudo escuchar pocas cosas, algo así que su madre es diabética y tiene cierto problema psicológico y que tiene un hermano mayor demasiado celoso que por demás, cuentan las lenguas conecta un poco con la mafia local, esto le divertía, ella parece ser la única persona de bien que queda en su familia, ya que al parecer su padre murió hace unos inviernos, dejándola a cargo, cosa que no le extraña también es reconocida su dedicación al trabajo, así, una de sus interminables noches de guardia, escucho el radio, su código para referirse a aquella ambulancia es infernus, no lleva numero como todas las demás, aquella era especial, sus integrantes eran dantescos personajes, sus apodos los delatan Blood, Amaro y Kael, la broma dicen que tiene parte de verdad, pero entre aquellos tres hombres no era broma lo que se decía de ellos, es la ambulancia del infierno, siempre son los que van a los servicios o accidentes mas violentos por decisión propia, no les importa la muerte, parecieran dedicados a tratar de arrancar a aquella mujer con la que se baile el ultimo tango su pareja de baile, así, el apodo de la unidad también llego a los oídos de la curiosa mujer, que se pregunto otro porque y esta ves la pregunta quería descifrar el porque del nombre con el que clasificaron a aquellos tres hombres y esta fue la respuesta :

Es infernus por lo ya antes contado, son los voluntarios para arrancar a la muerte sus victimas, yendo siempre a ensuciar sus manos en el peor baño de sangre que haya disponible, aunque también es llamada así por los personajes, Amaro, este es llamado así por que en la niñez siempre era el monacillo que ayuda en las misas de la parroquia y escuela, aunque en broma también le achacan los crímenes de la película religiosa, así que visto de esa manera, es el permiso que le dan para estar dentro de la unidad, Kael, este suena mas peligroso y en parte lo es, cuando no esta en el trabajo, esta haciendo cosas que nadie quiere saber, pero casi siempre llega con heridas en las manos, nadie pregunta, ya que aunque es divertido y de ocurrencias alegres, esa chispa se esfuma cuando se le acerca la pregunta del porque de las cicatrices, una perfecta doble vida.


Sophia casi salta de su silla cuando Cat le mando llamar, pero no fue un simple “ven” tenia un curioso toque de complicidad al mencionar un “te buscan” no le dijeron quien, mucho menos sabían a quien le permitirían visitarle en el hospital, cuando llego a la sala de enfermeras y no encontró a nadie busco alrededor, una risita de dos compañeras le hizo voltear interrogante a ellas.

-Aquí no tonta, en urgencias.- Ahí si que le da un infarto, sus ojos se abrieron grandes, tal vez tanta insistencia diera resultado y no es que estuviera enamorada de el, le causaba gran curiosidad la historia que le han contado de el y aquella calma que tenia a pesar de su trabajo, mucho mas estresante que el suyo, así, tuvo que aguantar las ganas de correr al ascensor, solo para pincharle y salir a la planta baja, donde se encuentra la sala de urgencias, que encontró vacía, pero todos ya estaban preparados para prestar oreja y escuchar a aquella extraña pareja, la mas alegre del hospital y el mas serio de los paramédicos, así, uno de los médicos señalo la puerta de acceso a las ambulancias.

Ella salio por donde le indicaban y ahí estaba el, recargando la espalda en la ambulancia, mirándole fijamente, ella bajo la mirada al sentir los penetrantes ojos marrones en ella, el sonrío de medio lado, sonrisa que ella paso por alto al no tener la vista puesta en su rostro, pero se acerco a el.

-Espero no interrumpir tu trabajo.-

-No lo haces, pero que haces aquí, tu trabajo?- El golpeo la ambulancia con un puno, divertido.

-Viene con migo, además, me entere que preguntas por mi.- El rostro femenino se puso rojo como el tomate al escuchar aquello.

-Lo siento.-

-Descuida, vine a decirte que vengo por ti cuando salgas para que puedas responder tus preguntas.- Ella levanto la vista, posando sus ojos en los de el sorprendida, aquello si que no lo esperaba, quedándose sin nada que decir, pareció ver en sus ojos una sonrisa que no revelo su rostro. – A que hora sales?-

- A las Ocho, estas libre a esa hora?-

- Lo estaré y sal temprano, no me gusta esperar mucho a la gente.- Dice aquello dándose la vuelta para caminar al asiento del copiloto, cuando la puerta se cerro el motor ya estaba encendido y partió dejándola ahí, sin habla, regresando por donde vino, encontrando a todos pegados a la puerta por lo que río, contenta, casi bailando de regreso a su puesto de trabajo.

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