martes, 10 de febrero de 2009

Patíbulo VIII

Es divertido como me gusta intentar siempre plasmar torcidas letras, siempre sin éxito alguno, describir la desgracia humana, la soledad, la desesperación, siempre sin éxito.


Para mi es fácil escribir “El callejón oscuro da cobijo a mi cuerpo entre sus sombras, los muros cubiertos de moho, los contenedores de basura sonriendo con su fétido aliento a la noche, las ratas correr entre mis pies, los pasos de mis botas sobre los charcos de agua seguramente estancada y fétida, ahí, dentro de ese callejón, busco una esquina, aquel sitio tan recóndito y sucio como mi departamento, tan desolado y triste como yo mismo, tan callado como mi alma, ahí, la soledad no me encontrara.” Eso es fácil de escribir, de plasmarlo en cual quier tipo de papel, no lleva la gran técnica, ni el gran pensamiento, pero claro, cuando yo lo escribo no tiene el mismo sentido que cuando otros lo hacen, siempre me a gustado leer cosas parecidas, pero es curioso como no las puedo representar tan fielmente, les falta la esencia de esa alma desdichada, cada letra es hueca en si misma, solo una grafía sin sentimientos cuando escribo cosas similares, incluso a veces no estoy seguro de poder escribir algo, claro que puedo poner ideas en un papel, eso es sencillo, pero solo tienen sentido las patéticas historias románticas, las novelas, al parecer eso de escribir en un trozo de servilleta algo a mi no se me da, a veces incluso creo que me mienten cuando dicen eso es genial.” Porque simplemente eso no es posible, claro, aquí apelo a mi bajo autoestima, pero independientemente de ello, supongo que me dedicara a criticarme a mi mismo (que en eso tengo una maestría inigualable) o a continuar con aquellas historias que necesitan mas de una triste hoja para poder vivir.

1 comentario:

Andie dijo...

Una hoja y quien se lea, que las palabras solas jamás andan sin los ojos que les caminan por detrás