lunes, 9 de febrero de 2009

Histoaria de amor (6)

Los días pasaron, Sophia ya no había nada de Javier, la inquietud inicial seguida por las preguntas “le agrade” “porque no me busca” y demás cuestiones que le intrigan, se fueron borrando con el paso de un mes, ya casi no preguntaba por el, aunque aun seguía atenta a todas aquellas ambulancias que llegan al hospital, ya no esperaba que el viniera por ella.


En el tercer piso, donde esta cuidados intensivos una mujer en coma escucha a Sophia, como todas las tardes, se toma cinco minutos para hablar con aquella mujer, su inmóvil mano es atrapada por las dos pequeñas y calidas manos de la enfermera.

-Sabes, creí que vendría por mi, que no se olvidaría, que me daría otra… cita –Esa ultima palabra sonó con algo de nostalgia.- Pero al parecer no le agrade, charlamos, ya a pasado un poco mas de un mes y no e sabido de el, supongo que fui demasiado curiosa. – Un suspiro y una mirada al rostro de la mujer que escucha pétrea en su sitio, como si entendiera y respondiera, Sophia continuo.- No lo se, pero lo quería ver de nuevo, la ventaja que es viernes, descanso mañana. – El pequeño monologo fue interrumpido por Cat, que abriendo la puerta de la habitación, miro a Sophia, con una sonrisa picara, en los labios, la chica le miro encogiendo las cejas, preguntándose que tramaba, no dijo nada, espero a que su superiora le dijera de que se trata.

- Este… Sophia… te llaman.-

-No molestes Cat, estoy ocupada.- La risita traviesa y cómplice de la aludida, saco a Sophia de la negatividad.

- Cat… quien es… dios… nos vemos después cariño.- Dice aquello al ponerse en pie y besar la frente de la mujer que siempre se alegra de escucharle, saliendo directo a la central de enfermeras, que desierta, frunció el ceno. – Creí que me esperaban.- Dice poniendo las manos sobre las caderas, fulminando con la mirada a Cat.

-Dije que esta acá arriba?-


La chica no se lo pensó dos veces, casi sume el botón del ascensor de tanto que lo pincho, esperando a que por fin se abriera la puerta, cuando lo hizo se metió rápidamente en el pulsando el botón de la planta baja, la puerta se abrió de nuevo, escupiendo a la mujer que fue rápidamente a la sala de urgencias, que también encontró vacía, pero vacía en todos los sentidos, cosa que le llamo de mas la atención, todo estaba inusualmente callado, así, caminando por el lugar, mirando cada rincón tratando de saber de que se trata, así, lentamente salio por la puerta que da entrada a las camillas, encontrando una ambulancia estacionada en el sitio, pero ningún alma, así, caminando a la puerta trasera del vehiculo, miro el numero de unidad, sonriendo de medio lado, conocía aquel numero, segundos antes se quejaba del olvido, por un momento se pregunto que hacia esa unidad ahí, por que todo estaba tan vacío, así, cuando abrió la puerta del vehiculo, le sorprendió ver a Javier con un ramo de flores, rosas y tulipanes, divertido en su mirada, por la sorpresa reflejada en los ojos de Sophia, el resto de los compañeros, estaban tras ella, saliendo, con una pequeña tarta de cumpleaños, cantando la clásica canción, Sophia se llevo las manos a la boca, tapando el rostro de sorpresa, no recordaba que día era y claro, se habían reunido para celebrarle a ella, unas pequeñas lagrimitas de emoción rodaron por sus mejillas, con razón todos estaban tan callados, era su cumpleaños y ella misma lo había olvidado.

-Gra…grac… gracias..- Dice aun entre balbuceos, mirando sus compañeros.


El hombre tras ella, pareciera tener los ojos sonrientes, mirando a la pequeña dama que aun mantenía sus labios cubiertos por los finos dedos, mirándole la espalda, deja las flores sobre la camilla, saliendo de la unidad para encender un cigarrillo, no le importo ser ignorado desde entonces, simplemente se contentaba con ver la felicidad en los demás, siendo la suya, solo un efímero respiro de toxinas que exhala en cada bocanada.

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