domingo, 15 de marzo de 2009

Historia de amor (10)

La boda se había planeado para un tres de febrero, aun faltaba casi cosa de un año para ello, tenían el tiempo de sobra para planearlo todo, así un fin de semana, caminaban por el centro de la ciudad, el la abrazaba por la cintura, ella lo emulaba, pero ella solía salir de sus brazos para ver los aparadores, brincaba y bailaba casi de la emoción, bueno, tal ves no solo sea la emoción, siempre que estaba con el ella estaba alegre, cosa que lógicamente lo alegraba también a el, por el momento solo buscaban algún vestido, los veían y si acaso le agradaba a Sophia llegaban a que se lo probara y preguntara, ella solía adelantarse un par de pasos, el la miraba, le gustaban esas largas y firmes piernas, la cinturita que se dibujaba bajo la solera, la piel tersa de los hombros y su rizado cabello cayendo largo por su espalda, sola repasarla con la mirada cada ves que se adelantaba, aprendiendo la figura femenina que tiene delante, solía ver también su traserito respingón por los tacones, que afirman las piernas y resaltan aun mas la baja espalda, la solera llegaba un poco mas abajo del termino de esta, también por eso no le quitaba el ojo a ella y a quien pasan a un lado, se podría decir que es un poco celoso.


Sophia miraba las vitrinas de un local de novias, le había gustado un vestido largo con pedrería y algunos holanes, sintió como el cuerpo de alguien se pegaba a su espalda, no tardo en reconocer el aroma, el tacto suave que le abraza por la cintura y la barbilla que tiene que bajar mucho para posarse en su hombro, ella instintivamente hace para atrás su cuerpo, pegando mas el suyo al de el, sintiéndolo a su espalda, el pecho y las caderas de el unidos a su espalda y su trasero, aunque este ultimo parecía sentir una creciente erección señalando el vestido que estaba viendo, ladea un poco la cabeza para mirarlo.

-Que te parece ese.

-Sabes que tengo que verlo puesto, pero se ve lindo.

-Pasamos a que me lo pruebe.

-Sabes que aquí no te lo puedo quitar.- Las manos masculinas bajaron un poco por le vientre, acariciándolo y bajando a las piernas, en una furtiva y no muy larga caricia, que termino con las manos de nuevo en el vientre.

-Hey no hagas eso.- Dice con una risita Sophia.

-Y Por que no, si eres mi mujercita.-

-Porque hay gente.- Dice despegándose del cuerpo masculino para entrar a la tienda, mirando sobre su hombro a Javier que aun miraba el vestido, para después seguirle.


La dependienta de la tienda, una mujer de unos cuarenta años vio entrar a la pareja, algo desconcertada.

-Buenas tardes.-

-Buenas tardes, me podría mostrar el vestido del aparador, el de pedrería.- Sophia es la que hablaba con la dependienta, Javier estaba en un segundo plano, mirando el resto de los vestidos, y termino por tomar asiento en una silla.

-Claro señorita, supongo que es para usted.- La dependienta miraba sobre el hombro de Sophia al hombre que entro con ella.- El es el novio?- Sophia asintió con la cabeza.- Es muy raro que ellos se interesen por esto.-

-Lo se, pero el quiere tenerlo todo bajo control.- Dice giñendo un ojo cómplice a la mujer, esta sonrió, y fue a buscar un vestido del tamaño de la chica, Sophia le siguió, tomándolo en las manos yendo al probador, cuando salió, Javier poso sus ojos en ella, definitivamente le gustaba como se veía con ese vestido, ella, se contorneaba caminando hacia el y dando un par de vueltas en el camino, el hombre se puso en pie para mirarla mejor, ella se quedo quieta por costumbre, sabia que significaba esa mirada de el, así que con Javier dando un par de lentas vueltas a su alrededor, se puso un poco nerviosa, aunque sabia que aquel le había gustado, siempre los rechazaba a la primera, de nuevo el hombre se pegaba a su espalda, oyó el sonido de una cajita al cerrarse, y sintió el frio metal sobre su cuello, una gargantilla con una especie de flecha como dije era cerrada a su cuello, la gargantilla parecía pequeños eslabones de una cadena y la flecha la reconoció como parte del tatuaje de el.

-Eres mía.- Fue el tono posesivo de el a su oído, ella asintió con la cabeza y sonrió.

-Sabes que si.- Dice llevando sus manos para tratar de quitar aquello de su cuello.

-No.- Fue la seca respuesta de el, tomando con firmeza las manos femeninas para apartarlas. – No lo quitaras.-

A Sophia se le hacia extraño ese tono de disciplina que le usaba, hasta ahora solo lo había hecho cuando estaban solos, pero sabia que significaba aquello, por lo cual asintió con la cabeza, Javier fue por un momento al probador, dejándola quieta, en sus bolsillos guardo la ropa interior de ella, con una divertida sonrisa, saliendo para ir con la dependienta, miro a Sophia, señal que ella entendió para ir de nuevo al probador y cambiarse de ropa, grande fue su sorpresa al ver que le faltan sus prendas intimas, aunque por alguna razón su cuerpo reaccionaba al juego, humedeciéndose.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ya lei todo lo que llevas de historia de amor,, a que inspiradillo estabas em la parte 10 jaj,, me gustó,, me quede a medias asi que espero y continues pronto,, no creo que el escribir no tenga sentido, o fuente de inspiracion, eses letras viuenen de algun lugar y reflejan algo de ti de lo que tal vez nisiquiera tu te des cuenta... al principio, la descripcion de javier, serio, extraño, parecia ser la definicion que yo te di cuando te conoci jaj,, y como conozco relativamente poco de ti no puedo opinar sobre el resto,, tal vez javier podria ser un reflejo de ti y sofia de la mujer de tus sueños,,, no estari mal,, ops! creo que estoy echando a volar mi imaginacion demasiado1
bueno,, espero seguir leyendo esa historia,, em gusto!