domingo, 27 de diciembre de 2009

Historia de amor (18)

La pareja entro al departamento sin que le importara nada, Javier solo solto la cintura de su mujer cuando estuvieron dentro y ella se enfilo a la cocina, la miro mover las caderas y sonrio suavemente, no sin seguirla, Sophia acomodaba las cosas para servir la comida, tarareaba divertida pensando en lo que seria el postre, solo el tacto de unas manos sobre sus senos la sacaron de su entretenido ajetreo, sintió a su espalda el pecho masculino, y las manos que aprietan sus senos, juegan con los pesones, que solo cubiertos por la tela del top blanco no llevan nada, dibujándose erectos entre los dedos masculinos, Sophia se inclino hacia adelante, pegandosu trasero a la erecta entrepierna del hombre, sintió una mordida en el cuello, de sus labios salió un pequeño gemido de placer, casi un ronroneo.


Al beso del cuello le siguió el de la nuca, las manos aprietan, amasan, pellizcan, una de ellas bajo para meterse dentro del pequeño short, Sophia se hiso hacia adelante girándose para poner las manos en el pecho de el y darle un beso, negando con la cabeza.


-Eso es para el postre.- Dijo coqueta mirándole a los ojos.

-Si tu eres el plato fuerte.-

-No, no, no, tenemos que comer.- Dice divertida soltándose de sus brazos para poner el pollo en la mesa mirándole divertida.


La comida entre ellos dos paso entre risas y palabras, ella recogió la mesa cuando terminaron y el fue a la habitación a poner una de las películas que rentaron, cuando ella se metió en la cama junto a el, solo quito las sandalias, el se haba quitado también solo los zapatos deportivos, la película inicio, ella se recostó en el pecho de él, el acariciaba su cabello, así, la tranquilidad que ambos respiraban mientras sus cuerpos reposaban juntos parecía ser eterna, magnifica, sin nada ni nadie que pudiera romper aquel encanto, es así como aquellos dos seres que se aman quieren pasar la eternidad, juntos, tranquilos y sin preocupaciones.

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