miércoles, 9 de mayo de 2007

Recuerdas

Recuerdas?... vamos niña, no me digas que no lo recuerdas, ese día me liberaste, recuerdas lo que sentiste?...

-.Nooo! - Grite mientras tapaba mis oídos en un vano intento de no oír aquella voz que resonaba en mi cabeza, por supuesto que recordaba aquella escena, pero no la quería recordar, mis ropas eran las de siempre, una falda y un corsé del color de la noche, pero esa… noche, tenían un toque especial, tenían marcados el color plateado de la sangre humana a la luz de la luna llena, mis manos sostenían la navaja que me dio un amigo, por la fría hoja metálica escurría la candente sangre recién salida a la luz, el cadáver de aquel hombre estaba tirado a la mitad del parque, la navaja era suya, él me la dio… tuvo que dármela él, - Ricardo!!- grite mientras soltaba el frió metal y lo dejaba caer al suelo, sacudiendo al joven por los hombros intente que reaccionara, sabiendo que era en vano, la herida que infringí en su cuello era profunda, el estaba muerto… lo sabia, pero yo le amaba, no puede haberlo matado… o si?... no, yo no le mate…

Tu no lo mataste?... por favor- decía aquella voz en mi mente- le amabas, le odiabas por no amarte, el te presto su querida navaja y tu lo asesinaste con ella, recuérdalo

- Yo no fui!!!- gritaba con desesperación en aquella celda vacía del psiquiátrico- soy inocente, le amaba… Los enfermeros vestidos con su clásica ropa blanca entraron en mi habitación al oír mis gritos, al oír como gritaba al recordar aquella escena – yo no le mate!!- insistia mientras los enfermeros me sujetaban para inyectarme un calmante, aquella droga me sumergió en un sueño profundo, justo lo que no quería…

Ahí estaba de nuevo, con mi amado frente a mi, extendió su mano para entregarme la navaja mariposa, aquel instrumento que alguna vez le sirvió para defenderse, quien iba a pensar que esa misma arma le mataría, me la entrego con una sonrisa, en ese momento no se que paso, alguna fuerza maquiavélica me impulso a cortar aquel cuello, esa maldita se libero y mato a aquel hombre que amaba, yo era inocente, ella se despertó y lo mato, eso lo se, pero ellos no lo saben, ella lo mato, yo no podría hacerlo lo amaba… antes de que la navaja acabara con su ultimo suspiro el levanto una mano, extrañamente sonreía, me miraba a los ojos, esos ojos que nunca perdieron su brillo y profundidad… lo demás lo conocen, lo que sigue desde mi celda en el psiquiátrico, también lo desconozco yo…

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