martes, 27 de enero de 2009

Lust (3)

Tras el espectáculo de la cafetería y tras la ida de Carlos ambos se dirigen a comprar un par de cosas más que Darío necesitaba. Papel de impresora, sobres y sellos. Ana sigue peleándose por la calle con el vestido azul corto que le provoca un par de sustos más por culpa del aire.

Lo que Ana creía una semana de vacaciones tranquila, sola y lamentándose por su ruptura con su novio se trasformaba en una semana totalmente distinta a lo que tenía preparado.

Llegaron a casa con el tiempo justo para prepararse para la cena que les esperaba en casa de Carlos.
-Ponte la ropa que te compraste para mí - La dice Darío- y encima tú eliges. Hoy voy a ver que tal gusto tiene mi putita para la ropa.

Ana se ducho y preparó. Se puso las medias hasta el muslo, los preciosos zapatos de tacón negros las braguitas tanga y el sujetador de puntilla y sobre ello, un vestido negro de raso corto que la estilizaba la figura. Su pelo lacio le caía algo revuelto, no había traído el secador. Se miró en el espejo y sonrió.

Cuando bajo las escaleras del piso Darío ya estaba sentado en el sofá leyendo una revista, vestido con unos pantalones de traje negros y una camiseta informal pero a juego. Ana empezó a pensar a medida que bajaba las escaleras si se estaba enamorando de aquel hombre que tantas cosas nuevas le estaba enseñando a vivir. Nunca se consideró sumisa de nadie, ni siquiera lo había probado nunca, pero con él, todo era distinto .Juego o no empezaba a darse cuenta que había nacido para eso y que la excitaba en exceso aquellas situaciones que le planteaba Darío.
-Ya estoy lista- De pie esperaba la aprobación de Darío.
Darío bajo la revista y la observo minuciosamente. La hizo un gesto con la mano para que se levantara el vestido y cuando así lo hizo esbozó una sonrisa de aprobación.
-Realmente Ana. Veo que tienes muy buen gusto y mucha clase- Dice.
Ella se alegra por aquella contestación y respira hondo apartándose el flequillo de los ojos.

Darío se levanta la coge de la mano y la hace dar una vuelta sobre si misma. La da una palmadita en el culo.
-Tira -La dice abriendo la puerta- No quiero llegar tarde.

Cuando llegaron a casa de Carlos, la puerta estaba entreabierta. Darío había intentado llamar al timbre pero no funcionaba así que opto por dar un golpe en la puerta justo cuando la voz de Carlos sonó desde dentro.
-Pasad- Se oyó
Cuando entraron en la casa Carlos estaba sentado en una de las butacas del salón con una joven de unos veintitantos años a los pies, de rodillas. La chica bajo la mirada y sonrió tímidamente, estaba totalmente desnuda, de rodillas y con la melena llena de tirabuzones tapándola medio cuerpo Carlos leía el periódico con una mano mientras pasaba la otra mano por encima de la cabeza de la muchacha.
-Hola Jezabel, me alegro de volver a verte- Dijo Darío.

Ana sonrió y siguió caminando detrás de Darío sentándose en el sofá justo a su lado.
-Vamos, ponles una copa a nuestros invitados- Dijo Carlos doblando el periódico.
Cuando la joven se levanto unos enormes pechos asomaron por entre sus rizos, Ana no podía dejar de mirar aquel culo respingón que se contoneaba al ritmo de una pulserita metálica que llevaba en uno de sus tobillos. No era muy alta, pero tenía un precioso cuerpo y sabía moverlo.

No tardó en aparecer con dos copas de cava en las manos e inclinándose frente ellos se las entregó volviendo a su sitio, al lado de Carlos.
-Esta es una de mis sumisas, Jezabel - Dijo Carlos sonriendo- Como puedes observar, Ana, esta bien educada. Te podrá enseñar muchas cosas.

Carlos hace un gesto a Jezabel, esta se levanta y coge de una mano a Ana levantándola del sofá y quitándola con delicadeza el vestido que llevaba puesto. Ana mira Darío avergonzada. Nunca había estado con una chica y los nervios volvieron a invadirla el cuerpo. Los dos hombres observaban como Jezabel quitaba sin prisas la ropa a Ana hasta dejarla totalmente desnuda. Jezabel besa los labios de Ana y cogiendo una venda que le acerca su Señor se la pone en los ojos a la chica. El corazón de Ana empieza a latir a gran velocidad, otra vez esa sensación de miedo, vergüenza y excitación empiezan a acumularse en su cabeza y el calor en sus mejillas no tarda en aparecer.

Nota detrás de ella a Darío la cual la empuja con delicadeza para que de un paso adelante.
-Vamos, zorrita- La susurra haciéndola caminar - Ahora déjate llevar y disfruta. Regálame un bonito espectáculo, vamos.
Ana camina dos pasos hasta que se topa con la joven , nota las manos de Jezabel acariciarla los pechos , nota los labios mojados sobre sus labios .La lengua de la chica se mete en su boca buscando su lengua mientras la empuja con cuidado para que se siente sobre el sofá. Ana no consigue ver nada, sabe que Darío esta detrás de ella, por el otro lado del sofá por que ahora la sujeta la cabeza desde atrás mientras la joven la separa la piernas y acaricia con las manos el interior de sus muslos. Nota como la joven se desliza entre sus piernas y pasa la lengua por su sexo, mientras con la otra mano le mete un dedo.
-Ábrele más las piernas- Oye decir a Carlos- Eso es… Así me gusta.
Ana empezó a retorcerse mientras la lengua de Jezabel lamía su vagina. Darío la sujetaba la cabeza apoyando su mano en la frente y eso la provocaba mayor excitación
Una y otra vez nota la lengua de la joven sumisa lamerle las entrañas mientras las convulsiones se hacen cada vez más grandes .Darío comienza a morderle los pezones desde atrás, mientras ella , separa cada vez más las piernas. Tiene a Jezabel metida entre sus piernas, y el placer es insoportable. Darío la arranca la venda de los ojos, y vuelve a sentarse frente a ella justo al lado de Carlos, el cual observa con un tremendo bulto entra las piernas como su sumisa le devora el sexo a Ana, de rodillas en el suelo.
-Mírame Ana- Dice Darío- No dejes de mirarme.
Ana obedece a Darío. La lengua de Jezabel sigue poseyéndola mientras la miran aquellos dos hombres. Ve como el pene de Darío empieza a hincharse, el bulto del pantalón crece a medida que los gemidos de ella son más fuertes, Cuando esta apunto de acabar Carlos se levanta del sofá.
-Jezabel, basta- Dice con tono de autoridad.
La sumisa obedece, se aparta de Ana y se aproxima a su Señor. Este la besa en la boca y saborea los labios de la joven.
-Tu perra esta buena Darío- Dice

Se baja la bragueta y la mete el pene en la boca a la chica, que aun de rodillas en el suelo comienza a chuparla con fuerza. Carlos la da una bofetada.
-Tranquila putita que no hay prisa. Despacio. Despacio.
La joven sigue mamando de rodillas como si le fuera la vida en ello, hasta que la saca de un golpe de su boca empujándola por la frente hacia atrás.
-Como sigas mamándomela así vas a hacer que me corra - La dice- Vamos sigue comiéndole el sexo a la zorrita de Darío. Haz que se acabe para mí y para él.
Jezabel obedece, vuelve de rodillas al sofá y empieza a lamerle el sexo a Ana otra vez mientras Darío la coge la cabeza y la mete el pene en la boca, tira de su pelo y se la encaja hasta atrás provocándola un movimiento hacía atrás de la cabeza, esto le molesta, le saca el pene de la boca y la mira a dos centímetros agarrándola por la quijada y apretando con fuerza, mientras se retuerce.
-Si te meto el pene en la boca, tú como buena zorra te la tragas entera- La espeta
Vuelve a meterle el sexo en la boca, esta vez aun con más brusquedad y mantiene un rato la cabeza de Ana pegando sus labios a su pelvis, entonces la saca entera de la boca de ella y vuelve a hacer el mismo movimiento una vez, otra, hasta tenerla bien dura. Ver a Jezabel comerle el sexo a Ana mientras él la encajaba en su garganta con es brutalidad se la pone durísima, No tarda en acabar en la cara de Ana tras varias embestidas. Entonces Carlos, que se había vuelto a sentar en la butaca, se coloca detrás de su sumisa, y con la misma fuerza la encaja en la vagina de esta haciéndola gemir. Comienza a bombear metiéndola y sacándola con una fuerza una y otra vez.
-Vamos Jezabel- Susurra-Quiero oír a esa zorrita correrse como una loca, Vamos…
Ana al ver la escena y oír las palabras de Carlos, siente un espasmo que la atraviesa la columna y nota como el orgasmo la inunda las entrañas y sube por su columna. Carlos saca el pene de dentro de sí y se aparta. La joven se da la vuelta
-Por favor Señor- Le dice- No pare.
Carlos la coge por el pelo y la levanta de un tirón, La tira sobre la mesa con fuerza, y la abre las piernas. Vuelve a ensartarla mientras la besa en la boca, chupándola la lengua, buscando el sabor del sexo de Ana en sus labios que tan dura se la pone.

Tras varias embestidas sobre la mesa, la joven empieza a gritar de placer.
-Eso es, eso es. Vamos zorrita- La gira la cabeza haciéndola mirar hacía Darío y Ana- Diles lo que eres, díselo.
La joven empieza a convulsionarse
-¡Soy una zorra!- Grita
-Otra vez-Dice Carlos
-¡Soy una zorra!-Vuelve a gritar mientras acaba.
Carlos saca su sexo de Jezabel y Darío arrastrando a Ana hacía él la abre la boca justo en el momento en que Carlos empieza a acabar encima de ella llenándola la cara de semen. La cae por los pechos y por las piernas como un torrente.
-¡Joder!- Dice Carlos subiéndose la bragueta del pantalón-Pero que bien sabe tu zorra.

Darío se ríe, levanta a Ana del suelo
-Venga putita, lávate bien que tengo hambre. Jezabel mueve ese culo detrás de ella. Mira que hora es, la cena estará fría- Enciende un cigarro y se sienta en el sofá con Carlos.

Poco después vuelven del baño y se sientan a cenar .Jezabel sirve la cena y los cuatro comen tranquilamente

Ana en la mesa medita lo que acaba de pasar , vuelve a darse cuenta de que una vez mas Darío la ha enseñado algo nuevo , follar con una mujer y disfrutar como una loca de ese momento. Lo mira y le sonríe . Darío la devuelve la sonrisa y sigue charlando con Carlos tranquilamente.

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