Dolor. Extraño dolor. Sábado por la mañana. Un día más y todo se terminará. Él tenía razón. Jamás volvería a desear que la penetraran como antes. Su orgullo bloquea su cabeza como un puñal. Quiere arrastrarse por el suelo suplicándole que no la deje irse. Que la encadene a lo que sea y no la permita moverse de allí jamás. ¿Y él? ¿Qué será de él? Con esa mirada altiva y esa frialdad. Toca la marca de su nalga. La D se dibuja perfecta en su piel ¿Para qué?.
Esta sentada en la cama, mirándose en el espejo , el pelo revuelto y el camisón desgarrado por él.
-Es solo un hombre- La voz de su cabeza la habla-jamás has sucumbido a uno , no seas estúpida ,no seas ridícula. Levanta la cabeza , sonríe con dignidad y mañana cuando te vayas todo volverá a ser como antes y el será un recuerdo marcado en tu piel.”Mentirosa”.
Se levanta de la cama. Se desnuda y se mete en la ducha. No enciende la luz del baño. A veces le gustaba ducharse a oscuras con la poca luz que entra por la puerta entre abierta.
Mientras el agua le caía por la cara , pensó en preguntarle a Darío si querría volver a verla. No sería capaz , jamás lo había hecho. Siempre era al revés.
Demasiada tensión. Deseo, angustia e impotencia llenan su cabeza. Se enjuaga la cara y cuando abre los ojos para coger la toalla lo ve de píe delante de la ducha observándola. Casi no puede verle la cara , la sombra se dibuja en su rostro , sólo el brillo de sus ojos.
Cuando Ana sale de la ducha , intenta cogerla del brazo pero ella está demasiado angustiada y se aparta.
Darío frunce el ceño y la mira con despotismo.
-Ven aquí- La ordena.
Ana respira hondo y sonríe forzosamente. Se acerca de Darío.
-Saca la lengua- La dice.
Ella obedece y Darío se la chupa, mientras la quita la toalla. Tiene los pezones duros , y el agua aún sigue cayéndole por el cuerpo. La coge los senos con las dos manos y las aprieta con fuerza. Ella suspira.
-Voy a penetrarte- La susurra al oído- Voy a cogerte todo el día , hasta que no puedas más. Hasta que me supliques que pare y hasta que te arda esa vagina que me vuelve loco- La empuja contra la pared y la muerde la boca.
-Haz lo que quieras conmigo- Le dice.
Darío sonríe . La coge por el pelo y la hace ponerse de rodillas . Ella se queda quieta, mirando al suelo. Al menos la poca luz que hay en el baño la ayudan a mantener la calma. Recuerda a Jezabel de rodillas al lado de Carlos. Ya no se siente tan mal por estar así. La coge de la cabeza y la acerca el pene a los labios.
-Vamos , mi putita, hazme empezar bien la mañana y haz tu trabajo- La dice-Abre esa boca.
Ana pasa la lengua por la punta de su pene y la lame con delicadeza mirándole a los ojos , que aun distingue por el brillo en las sombras. Poco a poco se la va metiendo más en la boca , hasta atrás, rozando con la punta su garganta. Notando que se ahoga. Darío le empuja más hacía él.
-Eso es, zorrita- Gime- Trágatela entera.
Darío se apoya en la pared del baño , y vuelve a empujar su pelvis clavándole el pene más. Se la saca de golpe de la boca y otra vez se la mete entera despacio. Así una y otra vez , alargando las embestidas. Oírle gemir, la ponía muy cachonda y Darío era un hombre que demostraba su excitación y eso la volvía loca.
La coge los senos con las manos y la pellizca con fuerza los pezones. No soporta esa tortura y da un pequeño grito que se ahoga al tener la polla de Darío en la boca. Él se ríe , respira con fuerza y vuelve a cogerle los senos y se los amaza.
Saca su pene de la boca y la sujeta con fuerza por el pelo.
-¿Qué eres Ana?- Pregunta
-Soy tu zorra
-¿Y que hacen las zorras Ana?- Vuelve a preguntarla metiendo el pene en la boca y sacándolo.
-Estar dispuestas siempre para lo que les pidan- Dice sin pensar.
Darío la vuelve a meter el pene en la boca y la da una bofetada. Ella hace un ruido de mal estar.
-No ladres y chupa , zorra- La espeta.
Ana siguió mamándole el sexo una y otra vez. La respiración de Darío iba acelerándose a medida que se la metía y sacaba de la boca con más rapidez. La aparta por la frente y la coge de una muñeca levantándola del suelo. La da la vuelta y la apoya sobre la encimera del lavabo.
-Mírate. Entraste siendo una señorita y mañana saldrás siendo una puta marcada.
Le separa las piernas con un pie y la coge por la melena todavía mojada.
-Cojéeme- Le dice- Te lo suplico , penétrame mi Señor. Necesito sentir su pene dentro de mí.
La levanta una pierna apoyándosela en lo alto del lavabo y mojando sus dedos la abre el sexo con ellos. Ana gime y levanta las caderas hacia arriba. Darío le mete dos dedos , luego tres. Ella está tan cachonda que no para de gemir. Darío le recoge el pelo en una coleta con una mano y tira de su cabeza para atrás. Sin dejar de mirarla a través del espejo empieza a meterle el pene despacio.
Ana baja la mirada, pero él vuelve a tirarla del pelo y la obliga a mirarse al espejo otra vez.
- Mira como gozas , cuando te tratan como una zorra- La chupa la oreja y la clava el pene hasta el fondo.
- No pares por favor- Le dice- No pares , te lo suplico. Necesito que me cojas como una perra , no soy otra cosa que una perra , tu perra.
La da la vuelta y la levanta por las nalgas. Sale del baño y la tira sobre la cama. La pone a cuatro patas y la vuelve a meter el pene con dureza. Ella se encorva cuando nota la embestida. Ana gime como una loca , cada vez que nota el sexo de Darío hasta atrás , oleadas de placer la perforan por dentro y la aceleran más. Saca el pene de su sexo y la mete en el culo y vuelve a bombear a un ritmo frenético.
-¿Quieres acabar, zorra?- La dice- Vamos, acaba para mi.
Darío la coge de las caderas y se la clava en el culo hasta el fondo, justo cuando un chorro de semen le inunda el culo, el calor del liquido la provoca una sensación que jamás había tenido, un orgasmo distinto. Había llenado su culo, la había llenado de semen las entrañas y ahora escurría por sus nalgas llenándola las piernas, cayendo por su sexo y goteando en la cama. La abre el culo con las dos manos, abierto, lleno de semen. Cae sobre ella. Lo oye respirar sobre su espalda. La da la vuelta y la mete la lengua en la boca .La besa , la come la lengua, los labios , la vida. La devora.
-No te vistas- La dice- te quiero así todo el día.
Ana se levanta de la cama y baja al salón. Tiene el pelo casi seco. Darío observa la marca de tinta del culo al caminar.
-Eres preciosa- La dice
El corazón de Ana comienza a latir con fuerza.
-Gracias Señor- Le contesta y entra en la cocina, le pone un café y se lo lleva al salón.
Poco después llaman a la puerta , Ana se pone nerviosa esta totalmente desnuda y cuando suena La puerta Darío por prudencia la manda a la cocina. Pero no tarda en volver a llamarla por que quien llama es Carlos.
-Tú no puedes vivir sin mí- Le dice con tono irónico Darío.
Carlos lo mira de reojo sentándose en el sofá.
-Mi perra esta durmiendo como una marmota y me aburro- Dice- ¿Dónde esta la tuya?
-En la cocina. No sabía que eras tú.
Darío llama a Ana y esta aparece totalmente desnuda , lo que provoca en Carlos una sonrisa de lado a lado.
- Ve a vestirte, o te acabara follando - Le dice Darío riéndose.
-¿Cuándo te vas Darío?- Pregunta Carlos.
Ana escucha atentamente mientras sube las escaleras del piso .
-Mañana por la mañana - Dice- tengo que llegar a Montevideo pronto. El lunes trabajo muy temprano y quería tener tiempo en casa para hacer cosas.
Ana se pone cerca de la puerta , sin entrar para seguir escuchando la conversación del piso de abajo.
-¿Y ella?- Continua Carlos.
-No lo sé.¿Vosotros cuando os vais?
-En un par de días.
Ana afina el oído. Intenta oír la conversación pero dejan de hablar. Carlos se levanta de la silla, ella teme que la vean , así que da un paso atrás.
-Me voy , despídeme de tu hembra. Luego si cuadra os veo. Si no, te llamo el miércoles y cenamos donde siempre. Dale a Ana el número de Jezabel, quiere seguir en contacto con ella.
Carlos desapareció tras la puerta. Ana oyó un silbido y bajo de nuevo mirándole extrañada.
-¿Qué pasa putita?¿Nunca te han llamado como a una perra?-Dice
-No sabía que significaba, disculpa.
-Mañana te vas, Ana. Nos vamos- Afirma- Siéntate a mi lado.
Ana tomó una de las sillas y se sentó a su lado.
-¿Ha disfrutado Ana?
-Claro.
-Se ver el potencial de una mujer cuando lo tengo delante- Prosiguió- Y tu, Ana, posees algo que no todas las mujeres tienen. Aguante. Has sido una buena perra. Ha sido un place conocerte y pasar contigo, por una casualidad, estos días.
Ana lo escuchaba atenta mientras oía los latidos de su corazón.
-Eres la perra perfecta que todos quisieran.
-¿Y tú?-Susurra ella
Darío la mira y sonríe
-Será mejor que te vistas. Voy preparar algo para comer.
Desaparece tras la puerta y Ana se levanta. Estaba todo claro. No iba a comerse más la cabeza.
Cada uno seguiría su camino y al menos guardaría ese recuerdo. Fue la perra de un hombre durante una semana . Algo que jamás contaría a nadie. Un recuerdo en su vida , que no contar a sus nietos. Un secreto que guardar que llevaría tatuado en su piel para siempre. Subió y se vistió. Una hora después comieron . Darío la dio un papelito con el teléfono de Jezabel. Después de la siesta decidió hacer la maleta para no tener que madrugar en exceso al día siguiente. Era una mujer fuerte. Aquella nueva experiencia la había dejado marcada para siempre. Mandó un mensaje a Jezabel para que guardará su número y prometiéndola que la llamaría esa misma semana para invitarla a comer a su casa.
Por la noche se acostó temprano , pero no pego ojo. Darío seguía en el sofá con su trabajo y sus papeles. Luego haciendo la maleta. Cuando le oyó subir el reloj de la mesita marcaba las dos de la mañana. Se metió en la cama , a su lado y se durmió profundamente. Ana de dio la vuelta y lo miró.
-Ha sido un placer ser tuya- Le susurró y se quedó totalmente dormida.
A la mañana siguiente del día siete Ana se despierta y mira el reloj.
-¡Santo cielo!- Grita-¡La once!- Mira a su alrededor. Darío no está Se levanta como un torbellino y baja a la carrera las escaleras.
Sube de nuevo y se da cuenta que las cosas de Darío ya no están .Se ha marchado sin decirla nada. Entra de nuevo en la habitación y se da cuenta que sobre la mesa hay una nota.
“Ha sido un placer también para mí hacerte mía”
miércoles, 4 de marzo de 2009
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